Quisiste conocer los rincones
de mi alma y de mi cuerpo.
Ahora no existes más que en el recuerdo
de un día sin noche, sin tiempo
y sin mañana.
Eres la marca idealizada
de un instante, una burbuja
en una realidad hostil,
indeleble.
En este lugar intento reflejar de forma espontánea y algo anárquica algunas de mis aficicones: las artes plásticas y la escritura. Todas estas manifestaciones son producto de expresión personal y propia.
Quisiste conocer los rincones
de mi alma y de mi cuerpo.
Ahora no existes más que en el recuerdo
de un día sin noche, sin tiempo
y sin mañana.
Eres la marca idealizada
de un instante, una burbuja
en una realidad hostil,
indeleble.
Un día imaginé.
Otro creí.
Después quise.
Sólo fueron quimeras,
espejismos,
y visiones.
El deseo
crea su propia realidad
tóxica.
Es sentir que surco el espacio entre montañas
a gran velocidad atravesando los valles
siguiendo los cauces de los ríos
hasta el mismo mar
y penetrar los vientos australes.
Planear como un águila majestuosa
en el aire que respiras
meciéndome en tus ojos oceánicos.
Perderme en los abismos de tu cuerpo
recorriéndolo por el torrente de tu risa,
y haciéndome más pequeña cada vez
como una partícula inadvertida,
explorar tu anatomía,
espiar tu adn.
El sueño de tenerte es volar
en ese infinito inalcanzable
entre el universo y el átomo.
Entre las estrellas y la nada.
Imagen tomada de internet
Estas ahí y no te veo,
existes en otra dimensión.
Te siento, te pienso.
Pero no eres real.
Sólo un espejismo
de piel y deseo.
Unos ojos que llaman,
ven, y voy
pero ya no estás.
Un instante suspendido.
Nada más.
Imagen tomada de internet.
https://www.francponti.com/en/el-diamante-del-deseo/