jueves, 3 de enero de 2013

Prometeo.


Ahora sólo deseo que las horas
se muestren más propicias, que los fastos
demoren su presencia, porque otro
año más como éste puede acabar conmigo.
-De   "Nochevieja"-. Ángel Paniagua.


Tengo el cuerpo molido a soledades. Soy un animal buscando abrigo. Soy vulnerable a la intemperie y sin embargo sigo rodando como un guijarro cualquiera. Nada puede dañarme pero me siento débil.

Tengo el cuerpo molido a soledades. Soy un Prometeo, dolido y doliente, revivido y muriendo simultáneamente. Desde el fino cristal de mi aislamiento veo transcurrir mis horas eternas. Veo pasar vuestros días lentamente. Las tardes de ellos en la sombra fresca. La vida de los otros.

Me abandono a mí misma, ahí te quedas -me digo-. Y siento mi ausencia, esa angustia que me trepa el alma, pienso si es que quizá ya he muerto. Ese vacío, ese silencio. Sabor a hiel. Estoy todavía.

Cada año últimamente me pregunto si este será el que podrá conmigo, como diría el poeta. Y pronto empieza otro año, de nuevo. 


Y yo tengo el cuerpo molido a soledades.





                                                                                                   Dedicado  a Ángel Paniagua.



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