Es casi la hora de amanecer y no quiero dormir.
No quiero que acabe el día.
No quiero que mañana comience otro.
De nuevo la tristeza se cierne sobre mí.
Esta noche extraña siento las náuseas de la soledad.
Desconozco el origen de este ánimo que ya no era mío.
Pero aquí estás desaliento, lágrima errante que acudes al contorno de mi ojo.
Sé de ti.
Aquí nos vemos, como esos grandes amigos sin secretos.
Nos encontramos después de un tiempo y parece que nunca nos separamos.
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