El rakú es una técnica de cerámica, que consiste en la cocción de piezas
con esmaltes mediante una secuencia de atmósferas de oxidación reducción
en un corto espacio temporal. Esta técnica, de origen coreano, fue apropiada
por los japoneses en el siglo XIV.
Su nombre procede de las primeras familias que lo adoptaron y significa
suerte. La prontitud y accesibilidad de factura permite que se realice en
fiestas y eventos donde los asistentes pueden elaborar sus productos
personalmente. Rakú significa también diversión, y es que es una actividad
dinámica y estimulante, algo mágica en sí misma, donde lo casual es tan
importante como lo que se controla y domina.
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